Virginia Blanes es terapeuta, formadora y escritora. Desde hace más de veinte años ayuda a las personas a conocerse a sí mismas a través de sus libros, cursos y conferencias. Ejerce una espiritualidad práctica, desmitificando este concepto como algo inalcanzable para que todos podamos integrarlo en nuestras vidas y traducirlo como sinónimo de responsabilidad y compromiso con nosotros mismos, alcanzando así un mayor grado de consciencia, comprensión y serenidad.
Virginia Blanes visitará Zaragoza el próximo viernes 28 de octubre. Estará firmando sus obras en Librería Centro (C/ San Andrés, 9) a partir de las 17:30 y a las 19:30 ofrecerá la conferencia “La felicidad no es lo que imaginas” en el Hotel Zentro (C/ Coso, 86 – más información aquí). Nosotros hemos querido charlar con ella sobre la felicidad.
Librería Centro: Cada día se habla más del poder determinante de nuestras emociones en la creación de nuestra realidad pero… ¿Damos suficiente importancia a las emociones?
Virginia Blanes: Es cierto que nuestra realidad es un espejismo de nuestras creencias y nuestras emociones particulares, una manifestación refleja de las mismas que nos da la oportunidad de tomar consciencia del amor o de la falta de amor que sentimos por nosotros mismos y de las oportunidades que nos regalamos o nos robamos para ser felices. Sabiendo esto deberíamos tomar consciencia de nuestras emociones y de cuáles son los disparadores de las mismas para vivirlas de una forma calmada o transmutarlas sin quedar atrapados en ellas. Lo que sucede es que, en general, la gente le suele dar una preponderancia mental a las emociones, es decir las cargan de una importancia que las hacen pesadas hasta enquistarlas y convertirlas en sufrimiento.
Cuando se vive desde la deshonestidad hacia lo que sientes y te empeñas en cambiar lo externo sin responsabilizarte de lo interno es casi imposible comenzar a ser feliz.
LC: En una sociedad donde se promueven los logros materiales y el reconocimiento externo, ¿sabemos realmente qué es la felicidad? ¿Cómo podemos alcanzarla?
VB: Hay demasiada gente que se deja arrastrar por la frustración que genera la necesidad de alcanzar esos logros efímeros y ese reconocimiento irreal sin tener en cuenta lo trascendental. Esta mayoría de la que hablo ha olvidado lo que es la felicidad y se ve arrastrada por una inercia transgeneracional que acumula vacíos e insatisfacción mientras se entretiene persiguiendo objetivos del ego, ese que les aleja de su esencia y por tanto de la serenidad que es el estado más propicio para alcanzar la felicidad.
Para ser felices primero debemos darnos el permiso de serlo y después, en la mayoría de los casos, debemos darnos cuenta de que, a pesar de las circunstancias, ya somos felices. Hay que tener en cuenta que la auténtica felicidad no tiene que ver con resultados si no con un estado interior emocional equilibrado y sobre todo con un alto grado de consciencia.
LC: Es fácil ser feliz cuando la vida nos sonríe y todo parece ir bien pero ¿es posible ser feliz tras sufrir la muerte de un ser querido, tras ser despedidos de nuestro trabajo o cuando nos diagnostican una terrible enfermedad?
VB: Difícilmente se puede ser feliz mientras se viven emociones de rabia o miedo sin embargo sí se puede ser feliz mientras se siente tristeza. Aunque hay momentos en una vida en que el dolor puede hacernos creer que hemos perdido ese estado ansiado son solo procesos necesarios que deben ser transitados sin apego. En los casos de muertes ya sean de un ser querido o de una etapa de nuestra existencia es imprescindible vivir el duelo y hacer de la despedida un proceso sagrado de agradecimiento, liberación y evolución. Lo mismo sucede con las enfermedades; nuestro cuerpo enferma para mostrarnos aquello que no hemos querido ver de otras formas. La enfermedad no es más que una oportunidad de conocernos y responsabilizarnos de nosotros mismos y en ningún caso deberíamos sufrir por tener una nueva oportunidad.
Como ya he comentado la felicidad no depende de estados o logros. He conocido personas privilegiadas e infelices y también he conocido personas con circunstancias muy duras que sí eran felices.
LC: Vivimos tiempos convulsos: terrorismo, guerras, crisis económicas, incertidumbre política, deterioro del planeta, miedo generalizado… Virginia, en tu opinión, ¿nos dirigimos hacia una mayor evolución espiritual o por el contrario nos estamos alejando de nuestra verdadera esencia como seres humanos? ¿Son tiempos interesantes para vivir?
VB: En mi opinión estamos en un momento en que el cúmulo de cesiones de poder que se ha venido haciendo generación tras generación ha dejado las puertas demasiado abiertas a la manipulación desde la que se puede mantener a la masa aterrorizada y por lo tanto sometida. Esto, en aquellos que se mantienen en la falsa comodidad de la cesión de su propio poder, genera un alejamiento fatal de su esencia. Pero también hay personas que eligen no comprar esta realidad disfrazada de drama y se enfocan en convertirse en seres brillantes y libres, capaces de amar y de ser plenamente felices.
Cualquier tiempo es interesante para vivir si estás presente y sacas provecho de lo que tiene para ti. Hay que tener en cuenta que en ningún caso prima lo que sucede fuera sino lo que haces tú con lo que (aparentemente) está sucediendo.
LC: Cuando nos adentramos en el mundo del crecimiento personal y de la espiritualidad para profundizar en nosotros mismos y hacer cambios efectivos en nuestra vida, muchas veces nos sentimos perdidos, confusos y vulnerables. Como en muchos otros campos, hay buenos profesionales pero también hay gente sin escrúpulos que ve una oportunidad de hacer negocio a costa de los demás… ¿cómo podemos distinguir la verdadera ayuda de la que no lo es?
VB: Efectivamente en el campo de la consciencia y la espiritualidad, como en cualquier otro, hay patanes y estafadores que, en mi opinión, son fáciles de identificar porque son todos aquellos que venden recetas mágicas mientras se hacen cargo de tu poder robándote libertad.
El camino de la consciencia es infinito y aunque siempre merece la pena no siempre es sencillo. Un buen profesional no se va a hacer cargo jamás de ti y de tus procesos. Te puede acompañar, te puede sostener, pero sobre todo te va a mostrar que dispones de las herramientas necesarias para que logres el milagro por ti mismo, para que aprendas a sacar partido de la información que guarda tu inconsciente y crezcas en tu propia responsabilidad y el propio poder, recordándote que no hay ningún lugar ni ningún momento mejor para hacer y ser que el presente.
LC: A diferencia de la vida que llevaron nuestros antepasados, ahora disponemos de todas las comodidades imaginables, acceso a toda la información, conectividad con cualquier parte del mundo al instante y una esperanza de vida muy extensa para poder disfrutar de todo ello, aun así, la Organización Mundial de la Salud prevé que en las próximas dos décadas la enfermedad más extendida en el primer mundo será la depresión… ¿Qué nos sucede? ¿Acaso nos da miedo ser felices?
VB: Así es… Tememos ser más plenos y felices que los demás, sobre todo que aquellos que forman o formaron parte de nuestro clan. Por un lado existe una terrible tendencia a sentir cercanía y unidad con los demás a través del sufrimiento. Y por otro estamos adiestrados para no destacar en algo tan fundamental como la felicidad, por ello nos da pudor llegar a ser felices y cuando lo somos tendemos a disimularlo y sobre todo a justificar el hecho de haber conseguido algo que está al alcance de todos pero muy pocos se atreven a conquistar.
Por otro lado hay que tener en cuenta que la depresión tiene que ver con la incapacidad de aceptar las propias circunstancias, esas que han sido creadas desde las acciones, inercias y creencias del propio individuo para su mayor evolución. Esta falta de aceptación implica, además, una aparente victoria de los deseos del ego sobre los propósitos del alma y desde esa terrible desconexión esencial es muy difícil ser feliz.
LC: Casi siempre pensamos en la felicidad como un acto individual, ¿hasta qué punto es así? ¿Nuestra felicidad pasa por hacer felices a otros?
VB: Es tan sencillo como darse cuenta de que nuestra felicidad jamás hace infelices a los otros y nuestro sufrimiento no les hace felices.
Ser feliz es la única forma que tenemos de recordarle a los demás que ellos también pueden, si así lo desean, ser felices. Pero esto, llegar a ser felices, nunca se consigue renunciando a ti por las necesidades o deseos del otro. Cuando eliges esta opción es la culpa la que te empuja y no tu derecho a sentirte pleno y sereno.
LC: A veces se nos fuerza a que sonriamos las veinticuatro horas del día, sin importar nuestras circunstancias, y se nos dice con mensajes publicitarios que si no lo conseguimos no demostraremos ser “seres evolucionados”. De este modo acabamos despreciando muchas emociones que hemos tildado de “malas”, como la tristeza, la rabia, la ira, el orgullo, el miedo, etc. pero… ¿pueden también estas emociones enseñarnos a ser felices?
VB: Como he dicho al principio de la entrevista se puede sentir felicidad incluso mientras estamos tristes. No se trata de mentirnos a nosotros mismos falseando nuestros estados, aunque es cierto que existen emociones tóxicas negándolas solo vamos a hacer que estas crezcan hasta el punto del insano estallido. Se trata, como en casi todo, de prestar una atención honesta y valiente que te muestre tus resonancias emocionales para que puedas hacerte cargo de ellas hasta trascenderlas a través de un trabajo interno de maduración, auto-sanación y evolución. Cada emoción tóxica que emerge en tus tripas te está mostrando una herida que debe ser atendida o un campo donde la comprensión y la consciencia aún no han sido integradas. Si te juzgas por sentir lo que sientes o si vuelcas tus emociones sin criterio alguno, te estarás robando una oportunidad de conocerte y de transformarte en tu mejor manifestación.
LC: Virginia, en tu obra Del Ego al Ser aportas conocimiento y herramientas para convertir nuestro ego en nuestro aliado y en tus novelas, El Laberinto De Los Dioses: Memorias de un ángel caído y La Tierra de las Almas Perdidas se describe esa misma pugna entre nuestras luces y sombras para alcanzar el equilibrio y retornar a nuestra esencia primigenia… ¿podríamos decir que todas las respuestas pasan por conocernos a nosotros mismos?
VB: Sí, pero no por conocernos en base a lo que nos han dicho que somos o debemos ser, sino por descubrirnos más allá de las no verdades y las apariencias. Por revelar quienes somos y quienes hemos venido a ser sin juzgar nuestras sombras y sin agotarnos en el absurdo esfuerzo de convertirnos en alguien que creemos que tenemos que llegar a ser.
LC: Y tú, Virginia, ¿eres feliz?
VB: Sí, puedo decir que soy feliz y disfruto mucho siéndolo.
LC: Imaginamos que como todo ser humano habrás atravesado dificultades en algún momento de tu vida, ¿cómo las has superado?, ¿en qué te has apoyado para hacerlo?
VB: El camino que me ha tocado recorrer para llegar hasta mi presente ha sido muy complicado y en demasiadas ocasiones muy duro. Conozco el agotamiento, la pena profunda, la frustración y otro montón de cosas no muy bonitas. A veces sentí ganas de rendirme pero nunca lo hice. Para mí siempre hubo tres claves, una es la consciencia de que esté pasando lo que esté pasando solo es algo temporal. La frase “Esto también pasará” se ha repetido en mi cabeza como un rayo de luz en los momentos más oscuros y siempre ha resultado ser cierta. La segunda muleta que me ha ayudado a transitar mis desiertos ha sido la consciencia de que todo lo que me sucedía escondía un aprendizaje para mí. Si lo ignoraba o renegaba o lo juzgaba se haría más grande hasta que estuviera dispuesta o preparada para verlo, sanarlo, aceptarlo o integrarlo, así que sostenía mi dolor y procuraba sacarle partido a la oportunidad que me estaba brindando a nivel inconsciente. Y la tercera ha consistido en no quejarme. Sucediera lo que sucediera no engrandecía lo que parecía estar mal a través de la queja, al contrario, agradecía todo lo que sí estaba bien (aunque aparentemente fuera poco) y así hacia más ligeras y fluidas las circunstancias globales.
LC: Para finalizar, ¿qué le dirías a una persona que siente en el fondo de su corazón que hay algo más, que puede ser algo más, que puede dar mucho más, pero que siente miedo o no sabe cómo hacerlo?
Nunca llegamos a ser quienes hemos venido a ser desde el miedo, que es solo un engaño mental para alejarnos de nuestro potencial. Ni tampoco lo logramos preguntándonos cómo, esa pregunta es solo una trampa del ego.
Lo que les diría, básicamente, es que no intenten “ser más o dar más”, les diría que dejaran de estorbarse con juicios, deberes ficticios, quejas y objetivos utópicos. Así podrán empezar a sentirse y abrir las puertas de los milagros que están disponibles para los que se atreven a retomar la mirada limpia que les muestre quienes son y quienes han nacido para ser. Que se amen, que sean humildes para poder salir del personaje que les da una falsa seguridad pero les genera infelicidad y que tengan paciencia.
¿Dispone la Librería Centro del libro de Virginia : “Del Ego al Ser” en formato papel? Muchisimas gracias por adelantado.
Buenas tardes, Carlos. Disponemos de todos sus libros en papel, incluido “Del Ego al Ser”. Si estás ineteresado en alguno puedes llamarnos a la librería o pasarte por aquí. Si vives fuera de Zaragoza también podemos enviártelo. Gracias a ti por tu interés. Un saludo.
Creo que esta entrevista da una clarísima y sincera idea de la esencia de Virginia Blanes . Sus enseñanzas transmiten lo realmente importante en la vida, en la de cada uno de nosotros. Ella nos da las alas para que descubramos todo lo que hay en nuestro interior. Gracias
Muchas gracias, Ana. Efectivamente, debemos ser valientes para despojarnos de todos nuestros condicionamientos y empezar a vivir como lo que realmente somos. Un saludo.
Te admiro mucho, y te felicito por tener las agallas de romper paradigmas, y la audacia de hacerte oír.
Yo te agradezco por que compartes tus opiniones y me encantaría ser parte de tu blog.
Felicidades Virginia.
Muchas gracias, Jeey, pero esta entrevista ha sido concedida por Virginia para el blog de Librería Centro
. Un saludo.