Félix Torán representa una aproximación interesante entre ciencia y espiritualidad. Lleva más de dieciséis años combinando su trabajo como Ingeniero de la Agencia Espacial Europea con el estudio y divulgación en el campo de la ciencia, el crecimiento personal, el liderazgo, la gestión del tiempo, la espiritualidad y la meditación, sobre los cuales ha impartido cientos de conferencias y publicado miles de artículos en diferentes medios.
Autor también de 14 libros de crecimiento personal, incluyendo éxitos de ventas como El tiempo en tus manos (Planeta, 2012) y Ecología mental para dummies (Planeta, 2014). Como curiosidad citar que uno de sus libros de crecimiento personal para niños llegó a las estanterías de S.A.R la Princesa Doña Leonor y S.A.R. la Infanta Doña Sofía.
Es autor de los primeros libros españoles que viajarán al espacio en turismo espacial, de la mano del primer turista espacial español y fue finalista en el proyecto “Españoles hechos de talento” (www.hechosdetalento.es), siendo el segundo candidato más votado de España y número uno en la categoría de Literatura y Comunicación.
Librería Centro: Félix, por tu formación se te podría considerar fundamentalmente como un hombre de ciencia, sin embargo escribes e impartes sobre empresa, desarrollo personal y espiritualidad. ¿Está en la espiritualidad la evolución lógica, el desarrollo lógico o el siguiente estadio del razonamiento y el pensamiento científico?
Félix Torán: No lo creo. El pensamiento científico es puramente materialista. Sus límites están en el plano material, y por tanto, la espiritualidad queda más allá de sus límites. No se puede llegar a una evolución espiritual utilizando un medio que se encuentra completamente limitado y no ve más allá de lo material.
Por otro lado, la lógica, el razonamiento, etc., son facultades propias del plano material y necesarias para movernos en él. Sin embargo, en la evolución espiritual, esas facultades son las menos importantes.
En consecuencia, la espiritualidad no puede ser una evolución lógica del pensamiento racional y científico. Lo que sí representa es la vía de la evolución del ser humano, y un complemento muy valioso para la ciencia, que aporta aquello a lo que la ciencia no podrá llegar (al estar fuera de sus límites).
Esto no quiere decir que la ciencia no sea importante. ¡Claro que es importante! Nos permite conocer el plano material como nunca antes, y cada vez mejor. ¡Y todo lo que queda por descubrir! Lo único que digo es: recuerda que el plano material solo es una pequeña parte de la realidad. Es imprescindible para nuestra evolución, pero solo es una fracción de lo que existe. Si te limitas solo a la ciencia, estarás reduciendo todo lo que existe a una fracción. Si lo complementas con la espiritualidad, completarás con el resto…
Es por eso que siempre digo que ciencia y espiritualidad no se pueden mezclar, pero sí pueden acercar, ya que son partes complementarias.
LC: Tu último libro se titula “Eres Talento”. ¿Piensas que sabemos realmente lo que es el talento o confundimos el término en el lenguaje cotidiano?
FT: Efectivamente, lo confundimos. No es grave, puesto que no acarrea consecuencias negativas, pero no deja de ser una confusión… Y aclarar ese lío forma parte de la misión de este libro. Para explicarlo más claro, generalmente pensamos que el talento son habilidades, conocimientos, aptitudes, etc. Pero eso no es el talento: eso es la manifestación del talento, que es muy distinto. Tal como explica el libro, el talento es un potencial que tenemos dentro, y con el cual venimos al mundo. Ese potencial está deseando manifestarse, y si creamos las condiciones apropiadas, lo hará, y fluirá con toda naturalidad. Desarrollar las habilidades, conocimientos y aptitudes correctos (así como lidiar con el ego) creará las condiciones apropiadas para que ese potencial interior se manifieste, pasando de la potencialidad a la manifestación.
Como se puede apreciar, las habilidades, conocimientos, etc., se pueden desarrollar, con el oportuno esfuerzo y otras cualidades. El talento bien entendido, sin embargo, no se puede desarrollar, ya que venimos al mundo con él, y es tan solo un potencial deseando desarrollarse en el mundo material…
LC: Ves el universo como un gran engranaje donde todo está conectado. ¿Crees que el ser humano en general está actualmente desconectado de sí mismo, de su medio y de los demás?
FT: A nivel espiritual, todo está conectado a todo. Eso no excluye la existencia de la individualidad, pero sí excluye por completo la separación. Ese es el nivel del verdadero yo, del cual nos hemos separado. Para poner un símil, imagina un panal de abejas. Cada celda hexagonal constituye una entidad individual, pero no está separada del panal, del cual forma parte íntegra.
¿Quién nos ha separado del nivel del “yo soy”? El ego. Dicha entidad, fabricada por la mente, nos invita a identificarnos con ella, y a sentir una sensación de separación que no existe realmente. Es totalmente irreal, pero nos la creemos, y nos sentimos realmente separados. Es como si las celdas de ese panal se sintieran realmente separadas unas de otras. Como consecuencia, terminarían por pelearse entre ellas, querer poseer a otras celdas, ser superiores a los demás, etc.
Eso es lo que le ocurre al ser humano. Se encuentra en ese estado de separación que no tiene existencia real, pero que lo hacemos real al hacer caso al ego. Nuestra siguiente etapa evolutiva la lograremos cuando dejemos de creer en el ego. Entonces, nos centraremos en nuestro verdadero yo, en lugar del ego. Seguiremos manteniendo nuestra individualidad, pero sintiéndonos siempre parte inseparable de un todo, y por tanto, siendo incapaces de hacer daño a ninguna otra entidad individual. Para eso falta mucho, pero estoy convencido de que (a pesar de que el ego nos empuja a destruirnos a nosotros mismos), la humanidad llegará un día hasta allí, y los seres humanos que van alcanzando esos niveles de consciencia tienen la misión de ayudar a los demás a avanzar más rápido.
LC: Tu trabajo y obra se dirigen al redescubrimiento del género humano en todo su potencial. Tenemos cada uno los recursos pero no paramos de autosabotearnos. ¿Es el ego, nuestro ego, el árbol que nos impide ver el bosque?
FT: Efectivamente, como comentaba antes, es el ego el que crea la falsa sensación de separación que nos impide ver el bosque. Cuando lo trascendamos, ya no pensaremos desde el ego, sino desde nuestra verdadera esencia: el verdadero yo.
El ego caracteriza al ser humano. Desde el ego, siempre existe el error. Por eso los seres humanos cometemos necesariamente errores, empezando por nuestra propia percepción. Nuestro medio para acceder al plano material al que tan apegados nos encontramos introduce errores. Si encima le sumamos el efecto del ego, ¡cómo no vamos a errar los seres humanos! ¡De hecho, es lo más normal en este estado evolutivo en el que nos encontramos!
Pero si un día la humanidad llega a ese siguiente estado supra-humano, donde la consciencia se encontrará muy por encima del nivel del ego, en el nivel del “yo soy”, entonces ya no sucederá lo anterior. No habrá errores, por una sencilla razón: cuando estamos en orden divino, todo está bien. La única forma de que algo no esté bien en el universo consiste en salir del orden divino. ¡Y eso es justo lo que hace el ego! Así que cuando dejemos de pensar desde el ego, el problema de los errores del ser humano (que tan caros han salido y salen a la humanidad) quedará resuelto.
Esa no es la etapa evolutiva más elevada a la que se puede llegar, pero para qué entrar en más detalles… ¡Primero lo primero!
LC: ¿Qué papel juega el Amor en todo esto?
FT: El amor es todo. Todo en el universo es amor en estado puro. Solo el ego logra que no seamos conscientes, o que lo confundamos con otra cosa. Y hablo de amor universal, que a menudo confundimos erróneamente con el amor a nivel sentimental (que es una forma preciosa de amor). Si te encuentras en armonía con el universo y sus leyes, no existe otra cosa que amor expresado en las más diversas formas.
Cuando deseas recibir para compartir, te conviertes en un canal para transmitir amor universal, que el universo nunca dejará desatendido, puesto que las leyes universales quieren ante todo que el amor fluya en el universo.
Todas las leyes universales son constructivas. Ninguna tiene por fin hacernos daño. Solo el ego humano nos hace daño intentando enfrentarse a dichas leyes…
LC: ¿Piensas que somos seres con un propósito, que todos tenemos una misión que cumplir en la que interviene nuestro talento?
FT: Sin duda. Para quienes creen en la reencarnación, hay una especie de “misión madre” común a todo ser humano: compensar el karma negativo que tengamos pendiente (que se asemeja a lo que en Kabbalah se llama tikun).
En todos los casos, todos venimos a este mundo con un propósito que cumplir. No tenemos que crearlo, sino descubrirlo, en nuestro interior. Cuantas historias famosas, reales y ficticias, conocemos sobre personas que tenían su vida prácticamente resuelta, y un buen día descubren su propósito y dan un giro radical a su vida, en armonía con esa misión.
La misión tiene que ir de la mano del talento, de otro modo, el barco se hunde. Por ello, el primer paso para descubrir nuestra misión es encontrar nuestro talento, y después conectarlo con un propósito de servicio que también debemos descubrir. No es un proceso de unas horas o unos días… A veces lleva una vida. Pero madurar nuestro sentido de la misión a través de la vida nos irá llevando por un camino de felicidad con todo lo que hagamos. Nuestra vida tendrá sentido. Si, además, creamos una visión, nuestra vida también tendrá rumbo.
LC: ¿Es posible sentir miedo ante nuestro propio talento y por qué sucede?
FT: El miedo es un enemigo del talento. El ego se esconde tras él. Incluso puede frenarnos en nuestro deseo de encontrar nuestro talento… En gran parte de los casos, hay un miedo a salir de la zona de confort. Encontrar nuestro talento y hacer cosas con él es una forma de expandir esa zona de confort y llegar más lejos. Para lograrlo hace falta actuar de forma proactiva. Y ser proactivo da mucho miedo a quienes son reactivos (desafortunadamente, un gran porcentaje de seres humanos).
Por otro lado, el mundo se pierde mucho cada día por culpa del miedo. Son muchas las personas que podrían ofrecer algo maravilloso a este mundo con su talento, pero el miedo les bloquea desde su interior.
LC: Entre tu bibliografía figuran dos títulos para los más jóvenes: “La varita mágica” y “La vitamina P”, ¿crees que todo empieza realmente en la infancia, donde formamos la conciencia de nosotros mismos?
FT: Sí. Hasta esa toma de consciencia, los niveles de consciencia en los que se mueve un niño son muy elevados, y muy superiores a los que manejamos en nuestra vida de adultos. Se va perdiendo ese nivel con el tiempo… Es una pena… Cuando aparece el ego, nos arrastra poco a poco con los años hacia su terreno, lo que representa un descenso a niveles más bajos de consciencia. El trabajo de evolución espiritual que debemos realizar consiste precisamente en regresar hacia esos niveles más elevados…
Por ello, es precisamente en la infancia donde resulta más apropiado actuar en pro de una correcta evolución personal y espiritual. Y puedo decir que he comprobado por mí mismo que los niños a partir de 7 años (e incluso menos, con ayuda de sus padres), están más que preparados. No deja de sorprenderme cuando veo a niños que se leen “La varita mágica” en unas horas, y al día siguiente están hablando de términos como sincronicidad, proactividad, etc., comprendiendo perfectamente de lo que hablan. Esa es una transformación interior muy importante para nuestros hijos, si queremos que ayuden a la humanidad a progresar más rápidamente hacia una evolución espiritual, y evitar que nos destruyamos a nosotros mismos antes de que eso ocurra…
LC: Genios con su talento muy desarrollado, como músicos, bailarines, científicos, etc., comentan que cuando realizan su pasión o desempeñan su labor, el tiempo desaparece y entran en un flujo creativo con la vida; se olvidan de sí mismos y están en el aquí y en el ahora. Para poder desarrollar nuestro talento ¿hasta qué punto es importante vivir el momento presente?
FT: Es en el aquí y el ahora donde podemos encontrar ese potencial que representa el talento, y traerlo desde su estado de potencialidad hasta un estado de manifestación. Por ello, la meditación juega un papel clave en todo esto, ya que nos permite tener una experiencia completa del momento presente, que es eterno e infinito, y contiene todo ese potencial que queremos manifestar en el plano material. En el libro se explican dos tipos de meditación muy importantes: la concentración y el mindfulness (o atención plena). Este último se está poniendo de moda en occidente, y hay quien piensa que es algo nuevo, traído de Estados Unidos, e introducido por la medicina y la psicología (las tres cosas son erróneas: procede de la India, tiene más de 2500 años, y está vinculado con el budismo).
LC: Félix, por último: ¿qué consejo fundamental darías a nuestros lectores y a cualquier persona que desee tomar conciencia de su talento innato?
FT: Que comience por ser consciente de que tiene talento, algo que es así con toda seguridad, sin excepción. Con eso claro, lo siguiente es encontrar su talento, y para ello tendrá que mirar hacia su interior (de ahí la importancia de la meditación, como herramienta introspectiva). Después, resulta fundamental conectar su talento con un propósito humanista, que nunca esté gobernado por el ego. Todo ello se explica con claridad en Eres Talento, y se proporcionan las herramientas para lograrlo. Hace falta poner de nuestra parte, pero tampoco es necesario un sacrificio sobrehumano… Con poner un poco de nuestra parte y hacerlo con regularidad, veremos resultados mucho antes de lo que podamos imaginar.
También doy una advertencia: es importante estar seguros de que eso que creemos que es nuestro talento lo es realmente. Existen personas soñadoras que se encaprichan con un talento y lo llevan hasta los extremos. Esas historias siempre acaban mal. Siguiendo los consejos y pautas de Eres Talento, evitaremos esa situación, ya que estaremos buscando nuestro talento en el lugar correcto y de la forma adecuada.
LC: Gracias, Félix, por compartir con nosotros tu visión del universo exterior y del interior que creamos y habita en nosotros. Ha sido un verdadero placer entrevistarte y compartir contigo tan grato encuentro en Librería Centro donde nos hiciste sentir a todos valiosos, importantes y seres humanos con talento.
Para mí ha sido igualmente un placer responder a esta entrevista tan interesante. Igualmente, ha sido maravilloso conoceros y tener el honor de presentar en vuestra maravillosa librería, que recomiendo a toda persona que desee crecer interiormente, y sentirse bien. Un fuerte abrazo.